1 Composición: La Base de una Buena Fotografía

Todo comienza con la composición. Elegir los elementos que aparecerán en primer y segundo plano es crucial para crear una narrativa visual efectiva. Un ejemplo claro es el uso de las hojas en el primer plano, que enmarcan la arquitectura en el centro, al mismo tiempo que destacan la naturaleza como pilar fundamental del proyecto. Esta técnica dirige la atención hacia el edificio, dándole contexto y propósito.

2. Iluminación: La magia de los detalles

La iluminación es uno de los aspectos más poderosos en la fotografía de arquitectura. Pasar la imagen a blanco y negro facilita el análisis del juego de luces y sombras. Aquí, la intención fue clara: resaltar lo más importante con luz y dejar el resto en sombra.

3. Colores: Transmitir Emoción y Personalidad

La paleta de colores juega un papel fundamental en la percepción del proyecto. Una paleta bien seleccionada puede transmitir sofisticación y serenidad, con un toque de libertad. En este caso, el uso de tonos suaves y naturales aporta un sentimiento de tranquilidad, mientras que el ligero "desorden" de la naturaleza refuerza la identidad única del proyecto. Este contraste entre lo estructurado y lo orgánico ayuda a establecer una conexión emocional y a darle personalidad al diseño.